Los desfiles de la Oruga Procesionaria del Pino están en marcha, y con ellos, el riesgo que representan para la salud tanto de humanos como de animales debido a sus pelos venenosos. Su nombre científico es Thaumetopoea pityocampa, pero es más conocida como la Oruga Procesionaria del Pino, debido a su marcha ordenada y las largas filas que forma junto a otras de su especie. La Oruga Procesionaria del Pino se encuentra en diversas regiones, incluyendo España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y más. En España, se encuentra ampliamente distribuida tanto en bosques como en áreas urbanas con presencia de pinos.
Aunque normalmente estos desfiles ocurren entre finales de febrero y abril, coincidiendo con la llegada del buen clima, las condiciones climáticas actuales están adelantando su aparición. Estas orugas descienden de los pinos para encontrar un lugar bajo tierra donde transformarse en crisálidas, para emerger más adelante en verano como polillas. Aunque pueden resultar llamativas, toparse con ellas es peligroso, especialmente para niños y perros. Además, constituyen una plaga, por lo que es crucial estar alerta. El interés que despiertan estas filas de orugas puede llevar a que los niños se acerquen a ellas, lo que aumenta el riesgo de contacto directo y sus consecuencias.
¿Por qué son peligrosas las orugas procesionarias?
El contacto con las Orugas Procesionarias puede resultar en dermatitis, lesiones oculares, urticarias e incluso reacciones alérgicas debido a la liberación de histamina. Estos insectos lanzan al aire sus pelos envenenados cuando se sienten amenazados, lo que puede causar irritaciones y alergias, especialmente si entran en contacto con los ojos.
Cada oruga cuenta con alrededor de 500.000 dardos envenenados en forma de vellosidades llamadas tricomas. La toxina termolábil thaumatopina presente en estos pelos puede causar serias complicaciones.
¿Qué hacer en caso de contacto directo con una oruga procesionaria?
Es importante actuar rápidamente si se tiene contacto directo con una de estas orugas. Se deben retirar los pelos de la zona afectada con pinzas o cinta aislante, evitando usar las manos. Posteriormente, se debe lavar la zona con abundante agua y evitar rascarse o frotarse. Algunos expertos sugieren tomar paracetamol para aliviar la molestia y en caso de síntomas graves, como fiebre o problemas respiratorios, es crucial buscar atención médica.
Un peligro mortal para los perros
Los dueños de mascotas, especialmente perros, deben tener precaución cerca de los pinos, y se recomienda el uso de correa en estas áreas, ya que el contacto con estas orugas puede ser fatal para los animales. Los pelos de las orugas pueden quedar pegados o clavados en áreas sensibles como el hocico, la lengua y las patas, lo que provoca una reacción inflamatoria grave. En casos de ingestión, el veneno puede causar necrosis en la lengua y la garganta del animal.
¿Qué hacer si mi perro tiene contacto con una oruga procesionaria?
Si se sospecha que un perro ha tenido contacto con una Oruga Procesionaria, se deben observar los síntomas como inquietud, rascado persistente en el hocico y abundante salivación. En caso de detectar estos síntomas, es crucial limpiar la zona afectada con agua caliente y jabón y buscar atención veterinaria de inmediato, ya que la vida del animal podría estar en peligro.
¿Cómo controlar una plaga de oruga procesionaria?
Existen métodos efectivos para controlar la plaga de Oruga Procesionaria, especialmente en entornos de jardinería. Dos de los más recomendados son la endoterapia y el uso de trampas.
La endoterapia: Un tratamiento fitosanitario efectivo
La endoterapia se considera el método más efectivo para eliminar la Oruga Procesionaria en jardines comunitarios y particulares. Consiste en la aplicación de inyecciones que introducen el agente fitosanitario en el sistema circulatorio del árbol, lo que lo hace «vacunado» contra la plaga. Cuando las orugas nacen y se alimentan del árbol tratado, absorben el producto y mueren.
Es importante realizar la endoterapia entre los meses de octubre y diciembre para lograr la máxima eficacia. Después de estas fechas, su efectividad disminuye y se recomienda instalar trampas para evitar que las orugas desciendan al suelo y entren en contacto con personas y mascotas.
Trampas: una medida preventiva
Las trampas son otra medida efectiva para controlar la población de Oruga Procesionaria. Estas trampas recogen y evitan que las orugas bajen al suelo, reduciendo así el riesgo de contacto con humanos y animales. Es fundamental que tanto la endoterapia como la instalación de trampas sean realizadas por personal experto, con la formación adecuada para garantizar su efectividad y evitar posibles reacciones adversas.
Si no se realizan los tratamientos y medidas preventivas adecuadas, las orugas maduras descenderán del árbol para enterrarse y transformarse en mariposas adultas. En Madrid, este descenso suele ocurrir entre los meses de febrero y mediados de marzo, dependiendo del clima.
Las orugas, especialmente en sus estadios finales (diciembre-marzo), son altamente urticantes. Por lo tanto, es crucial evitar que los niños y los animales toquen las orugas o manipulen los bolsones, ya que esto puede causar urticaria, daños oculares y otras lesiones más o menos severas.
En resumen, el control de la plaga de Oruga Procesionaria requiere medidas preventivas adecuadas, como la endoterapia y el uso de trampas, junto con la conciencia sobre los riesgos asociados y la necesidad de evitar el contacto directo con estas criaturas peligrosas.